Por: Lola’s
Passage
Los otros
días me encontraba con una amiga cercana y su novio. Estábamos en su nuevo
apartamento hablando mientras admirábamos su nueva vista de la ciudad de Manhattan. Ella es de Chicago y el es de India. Se conocieron viviendo en ciudades aparte y
ella siguiendo su corazón, se mudó a Nueva York para estar con el.
Sin
embargo, ella llegó a la Gran Manzana sin más nadie. Empezar desde cero una
nueva vida en una ciudad conocida puede ser difícil cuando de conocer nuevas
personas se trata, no ha sido una historia de hadas de Disney. Historia larga
corta, a pesar de ella convivir con el amor de su vida, se encuentra
constantemente perdida y sintiéndose sola, lo que consecuentemente le causa tristeza,
a lo que vino su pregunta: ¿Natalie como es que tu siempre estas tan feliz?
Enséñame a ser igual de feliz que tu.
Primero
que todo, tengo que decir que me siento sumamente halagada de tener este
impacto en alguien que me conoce tan íntimamente, y que muy bien me ha visto
llorar por cosas bastante tontas. Porque yo también soy humana y tengo mis
días. No obstante, ella ve mi felicidad
aun cuando lloro, ya que siempre la busco, hasta en el peor de los días. Y es que, para mi, la felicidad es una decisión.
Es un estado consciente de ser feliz.
Siempre
lo digo y lo repito, en la vida, todo está en las prioridades. Cuando tu deseo es ser feliz, esto se tiene
que convertir en tu prioridad. Es solo en
ese momento que uno deliberadamente y de forma consciente se enfoca en
precisamente serlo. ¿Cómo uno logra
esto? Tan simple y tan sencillo como es enfocarse en las bendiciones y en los
detalles pequeños que pasamos desapercibidos en el diario vivir.
Asimismo
es entender que hay cosas sobre las cuales tenemos control y otras que no. Cuando algo sobre lo cual no tenemos control
nos ocurre, está en nosotros aceptarlo y seguir andando. ¿Vas a llegar tarde por el tráfico? ¡Canta! ¡Medita!
Aprovecha y llama alguien con quien hace tiempo no platicas.
Igualmente,
pensar y abacorarnos sobre algo que por ejemplo, ya pasó, no nos va a servir de
nada. Y es en todas estas prácticas
donde conscientemente decidimos poco a poco a ser felices.
En fin,
ser feliz es mi práctica constante en el enfoque de que a todo lo malo se le puede
sacar punta y convertirlo en algo positivo.
Y es en este momento, cuando nos damos cuenta que solo nosotros tenemos
el poder de convertir nuestra vida en una que sea una aventura. Cuando logramos
esto, tu vida cambia y la felicidad se apodera.
Estoy
consiente que no es igual de fácil para todos, por un sinnúmero de circunstancias,
pero de que es cierto, lo es. Así bien,
si algún día salen conmigo, no se sorprendan cuando me vean reír mientras el
tren no llega a tiempo o cada vez que veo la autobús en la parada y por
literalmente 30 segundos me deja a pie. Mi
“life motto”: déjame reír para no llorar. Lo curioso es que suena bobo, pero evidentemente
puedo dar fe que da resultado.
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