Por. Dra. Veroshk Williams
A lo largo de la interacción amorosa pueden
ocurrir muchos desatinos a la hora de comunicarse. Mayormente los malos
entendidos en comunicación ocurren porque se dejan muchas cosas sin decir y/o
preguntar. Ante la falta de comunicación cada quien pasa a presumir un sin número
de contestaciones, intenciones y disposiciones del otro. Esto hace que se creen
fantasmas dentro de la dinámica de la relación. Entonces, va creciendo la
tensión entre ambas partes. Se crece la lucha de poder y del querer estar bien
aun a pesar de la felicidad del otro. Se pierde la noción de la compasión, la
conspiración y la reciprocidad mutua. Incluso se escapa el encanto del
enamoramiento. Se comienza a ver al otro desde su máscara y por ello
desarrollamos capas protectoras a nivel
emocional que nos alejan de lo que queremos.
Todos, en algún momento de nuestras vidas,
hemos querido decir algo y no sabemos cómo decirlo. La comunicación inefectiva
comienza porque estamos dolidos, nos sentimos devaluados o no tomados en cuenta
o por inseguridad en general. También puede ocurrir que haya algo que nos
molesta y no lo queremos traer claramente sobre la mesa de la relación, muchas
veces, por miedo a la reacción del otro o por la fantasía de que si decimos
algo nos dejarán y nos quedaremos solos. Entonces, comenzamos a caer en el
juego de violentarnos a nosotros mismos. Esto hace que la dinámica relacional
se vuelva más difícil e impenetrable
pues se desarrollan heridas secundarias las cuales muchas veces es difícil
sanar. Todo ello nos envuelve en un círculo vicioso de malestar y de
comunicación a medias lo que genera un ambiente confuso y de mucha
incertidumbre.
La solución para toda relación es
comunicarse de manera efectiva. Hay que decir lo que se quiere decir. Por eso
el ser genuino es de suma importancia. Mientras más claro se es; menos
inconvenientes y malos entendidos. Es importante buscar las palabras adecuadas
para no hablar desde una forma simbólica ni metafórica. Hacer hincapié en lo
que gusta versus lo que incomoda es una forma de abordaje clara. Para ello, el recurrir
al cuerpo sirve para lograr la claridad personal. Comuniquemos lo que
experimenta nuestro cuerpo durante la situación tensa, desagradable, frustrante
o que nos produce ira. Explicarse de una forma respetuosa es clave. Asumamos la
responsabilidad de nuestra comunicación. El otro no tiene por qué entender si
no decimos todo. Hay que recordar que si, en efecto, se quiere preservar la
relación entonces tiene todo el sentido dar la milla extra para que todas las
partes ganen en amor. Parte esencial de la comunicación efectiva es que todas
las partes se sientan acogidos, respetados, valorados y amados.
De suscitarse el hecho de que no se
entiende lo que la otra parte expone, se debe tomar tiempo para indagar y
preguntar. Pidamos ejemplos. Busquemos concretizar lo abstracto. En el momento
que el otro abre la puerta de la comunicación desde su interior; esa es la
oportunidad ideal para conocer más y obtener toda la información posible para
crear bienestar entre ambos. El interrogatorio curioso y sin ataques desarma
cualquier armadura defensiva de la pareja. Durante la conversación es
importante dejar saber lo importante que es para uno el bienestar del otro. Validar.
Validar. Validar. Repetirlo cuantas veces sea necesario aunque no se entiendan del
todo los planteamientos o reclamos.
Esperar el momento indicado para hablar es
también importante para la comunicación efectiva puesto a que cuando estamos en
coraje o tenemos muchas emociones mezcladas, la claridad de nuestro pensamiento
no es la misma y podemos comunicarnos inefectivamente. En cambio, al ser
prudentes con nosotros mismos y nuestra impulsividad, inmediatamente trae una
dosis de eficacia a la comunicación entre dos. Practiquemos los momentos de
soledad y silencio como parte de la preparación para el momento correcto. La
introspección nos sirve para seguir asumiendo responsabilidad del 50% que nos
toca en la relación. Es así como transformamos el eje de la interacción hacia
una vivencia de comunicación efectiva.
Y, como toque final, podemos dar un giro
romántico a la comunicación para hacerla más efectiva aun. Expresemos que nos
gusta de la persona que amamos y porque se escoge estar en una relación con ella;
enmarcando de una forma picara y sensual los atributos positivos. Desbordemos
las caricias positivas a lo largo de toda la comunicación.
Comments
Post a Comment