Por: Vigimaris Nadal-Ramos, Ed.D.
Lo que se
escribe, se logra. Ese es mi sentir en cuanto a mi lista de tareas diarias, mis
metas del año y escribir un libro. Ya pasamos el primer trimestre del año y
quizás has olvidado las resoluciones que trazaste para el 2018. Por eso, es un
buen momento para revisar esas metas y ver cómo escribir te ayuda a
alcanzarlas.
Hay varias
maneras de escribir para alcanzar tus metas. Explicaré tres ejemplos:
1. Las
tareas diarias
2. Las
resoluciones o metas del año
3. Escribir
un libro
En el caso
de las tareas diarias, además de
escribir lo que quieres hacer, puedes escoger una palabra cada día y usarla de
meta para lo que quieres alcanzar. Eso
puede ser tan cotidiano como: limpiar, leer, pagar o llamar. Si esa es la tarea
más importante del día, escribe esa palabra en la parte de arriba de la lista.
Una vez completes esa tarea, pasas a la próxima.
En el caso
de las resoluciones o metas del año,
seguramente preparaste una lista a principios del año. Búscala y estúdiala.
Como ya van unos meses, tacha las metas que lograste y revisa las demás. Asigna
cada una de esas metas que te falta por lograr a uno de los meses que le quedan
al año de manera que solo te enfoques en una o dos resoluciones por mes.
Prepara una lista de los pasos que tienes que dar durante ese mes para alcanzar
la meta y divide esa lista en tareas semanales y luego en tareas diarias que
puedes lograr para adelantar esa resolución.
Si tu
resolución es una que toma tiempo, como bajar de peso, esa puede ser la
resolución principal del año, pero cada mes vas trabajando algo que te acerque
a la meta como, por ejemplo: un mes comienzas a caminar a diario. Una vez
logres esa rutina, el próximo mes haces otro cambio como integrar ensaladas en
cada comida. En fin, la idea es ir dando pasos diarios que te acerquen a la
meta principal del año.
En el caso
de escribir un libro, puedes usar la
misma técnica de escoger una palabra, pero en este caso es para resumir la idea
principal del libro. Usa esa palabra para desarrollar la idea en una oración
completa y luego escribe un párrafo detallado. Lo próximo es escoger 10
palabras o temas principales para discutir en los 10 capítulos del libro (o la
cantidad de capítulos que quieras incluir). Para identificar esas palabras,
revisa el primer párrafo que escribiste para resumir el libro y circula
términos importantes. Prepara una lista con esos términos y repite el ejercicio
de escribir una oración para cada palabra y luego un párrafo para cada oración.
Cada uno de
esos párrafos es la idea central de un capítulo en tu libro. Para escribir el
resto del capítulo, añade párrafos con ejemplos, ejercicios, anécdotas y
relatos. Lo que incluyas dependerá del tema de tu libro. Pero construye el
libro poco a poco, de oración en oración y de párrafo en párrafo, para que no
te sientas abrumada por la labor de escribir un libro
entero.
En resumen,
escribir es tu herramienta porque al ver las listas por escrito se te hace más
fácil ver lo que quieres lograr, lo que has logrado, dónde estás y qué puedes
hacer para lograr lo que te falta. Escribir te ayuda a pensar, te permite
aclarar tus ideas y hacer ajustes en el camino. En el caso de las listas
diarias y las metas, es mejor escribirlas a mano. Así, puedes tacharlas de una
en una cuando las logres y eso te ayuda a medir tu progreso.
Vigimaris Nadal-Ramos es editora y dueña de Editorial Narra, Inc., traductora, profesora,
empresaria, bloguera y doctora en educación. Su misión es ser herramienta para
que alcances tu sueño de escribir y publicar un libro.
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