Por: Vigimaris
Nadal-Ramos, Ed.D.
Escribir
tiene algo que enamora. Sea porque te permite crear una identidad de autora o
porque tienes el “poder” de crear personajes e historias, escribir apasiona.
Pero lo que
apasiona no es tanto sentarse largas horas frente a la computadora a producir
texto sino la idea de escribir, de
vivir la vida de escritores que vemos en las películas o vivir la vida que les
creamos a los personajes que inventamos.
Entonces,
¿si nos encanta la idea por qué pocos se atreven a escribir y a compartir un
pedazo de su ser? Porque escribir nos expone. Expone nuestro sentir, nuestras
creencias, nuestros miedos, nuestras pasiones, nuestros sueños y eso, a veces,
asusta. Por eso el mejor beneficio que se recibe de escribir es sentirse
empoderada porque atreverse a compartir lo que pensamos y lo que hemos vivido
para conectar con ese lector que está del otro lado y a quien la mayoría de las
veces ni conocemos, pero a quien un día le llevamos un mensaje que lo emocionó,
con el que se identificó y que quizás pueda cambiar la dirección de su vida o
sus acciones, conlleva valentía.
Cuando una
escribe, sobre todo si es en un ambiente cibernético como un blog, a veces una
siente que le escribe al aire, que nadie lee, pero entonces, un día alguien te
escribe en privado y te dice que lleva tiempo leyendo lo que escribes, que le
gusta y la inspiras. Esos mensajes valen oro. Ahí es que confirmas que vas por
buen camino y que tu mensaje está llegando. Ahí es que sé que estoy cumpliendo
con mi propósito.
Mi
propósito es ayudar e inspirar a otras personas a contar su historia personal,
creativa o profesional, pero no solo por cumplir el sueño de escribir y
publicar sino porque escribir es una manera de empoderarse, de creer en sí
mismas, de encontrarse, de autor-izarse: darse el permiso de convertirse en autora,
de compartir su mensaje, aumentar su autoestima, hacer lo que les apasiona y, a
la vez, convertirlo en una carrera o en un complemento de la que ya tienen.
Escribir
expande la mente y crea conexiones con otras personas, pero antes de todo eso,
nos libera y nos permite encontrar y compartir nuestro mensaje y nuestra voz.
Para
encontrar tu voz:
1.
Pregúntate lo que te gusta y lo que no te gusta.
2.
Identifica cuál es la historia personal, creativa o profesional que puedes
contar para ayudar a otras personas.
3. Consulta
con amistades y familiares sobre dónde te ven más feliz.
Esa
información te ayudará a afinar tu voz y dar pasos firmes a favor de tu poder.
Vigimaris Nadal-Ramos es editora y dueña de Editorial Narra, Inc., traductora, profesora,
empresaria, bloguera y doctora en educación. Su misión es ser herramienta para
que alcances tu sueño de escribir y publicar un libro.
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