La culpa, la confusión y el apoyo en el proceso de divorcio



Por: Anónimo/Team Veroshk

Decidí que quería vivir cada momento, cada sensación … le dije a mi mamá (esa eterna e incondicional amiga): “quiero vivir cada momento, llorar cuando quiera llorar, llamar si quiero llamar…sentirlo todo, sin que se me escape la minúscula sensación”.  ¿Me entienden?

5:37 AM“Despierta desde las 2 am con mil cosas en la cabeza, cómo lo haré, a dónde nos vamos, con quién cuento, con quién no. He querido salir corriendo (¡ser Forrest Gump!) sin rumbo ni tiempo.  He querido engañarme, alimentarme de pensamientos, seguir como si nada, y todas las preocupaciones me atrapan. Tengo miedo, no sabes…es horrible, no saber para dónde voy, no tengo dinero y no poder mirar a mis hijos a los ojos pues no tengo ni una sola respuesta.  Ellos mismos están en una tormenta e inseguridad.  Y… te comparto lo que veo en cada uno de ellos: Hijo #1, Tomando tu rol de hombre de la casa- se siente responsable de mí y me escribe una y otra vez que todo estará bien, pero guarda la esperanza de que regreses y que nos unamos más que nunca. Hija #2- Evitando todo. Si le hablas del asunto a todo te responde “ok”, pero no puedo ahora llenarla de sueños y resolver todo con que viaje a verte.  ¡Eres la luz de sus ojos! Hijo #3- Ay!  Si vieras su carita, esa carita dulce se fue, se le ve una tristeza inmensa.  Pienso que estaba todavía pequeño para la gallardía que ha tenido. ¿Y, quieres saber de mí?  Ni te lo imaginas…la nube negra no sale de arriba de mí, si algo nuestra hija me dijo un día fue:  detrás de cada nube oscura, está el sol, y ese sol saldrá para mí y para todos. Y… no te quiero olvidar ni resentir… pero tampoco guardo esperanzas de que nos volvamos a mirar a los ojos.”

Los hijos estaban en un terreno de arena movediza, me veían salir a trabajar todos los días, y regresaba en las tardes como un alma en pena.  El hogar no era el mismo.  Las plantas del jardín comenzaron a desfallecer, la piscina de la casa a tornarse turbia, verde, inerte. Ya sabía que nada era igual.

El no regresaba. Aún no sabíamos cuando anunciaba que venía a recoger sus cosas, sus memorias, su vida de 24 años. 

“Cada día que pasa, me voy acostumbrando a esto.  Solo me falta saber quién es ella, o quien será ella; procesar esa parte, aceptar que es cierto y verte feliz.Me dolerá saber que no lo fuiste conmigo, que ahora sí eres feliz.  Solo te pido de favor que me creas que lo quise hacer, no salió, no supe…solo te pido Perdón.”

Ujum.  Empecé con el proceso de echarme la culpa. ¿Te pasó a ti también?

Y verás que te sentirás que fuiste TU, es más fácil echarte la culpa para aliviar tu dolor.  Y… si bien cometiste errores, NO FUISTE TU LA QUE decidió. No abandonaste el barco, no huiste, no decidiste olvidar.

Pero es parte del proceso, ‘hang in there’, lo mejor está por venir y verás que la culpa no fue tuya.

Aprendí esos días a saber mis límites, comenzar a diseñar mi camino, con curvas, piedras, paradas, desvíos y niebla.  Aprendí a ir separando la realidad de lo que quería imaginar.  Entendí quienes estarían en mi entorno y quienes iban a sostenerme en momentos de debilidad: ¡mi familia!


Comments