¿Cuál es tu talento?


Por: Vigimaris Nadal-Ramos, Ed.D.

Me gustaba escribir desde mucho antes de que me gustara leer. Esa es la verdad.

Pero no lo veía como un talento. Lo veía como una comunicación conmigo misma, como una manera de pensar por escrito.

Leía lo que me asignaban en el colegio y, de vez en cuando, uno que otro libro de los que Mami me regalaba porque ella tenía un gran interés de que yo me convirtiera en una lectora voraz desde jovencita. Le tomó tiempo, pero lo logró pues ahora siempre llevo un libro conmigo, tengo varios libros empezados y unos cuantos pendientes en mi lector electrónico. Ella cumplió su misión.

Leo mucho por la naturaleza de mi trabajo como editora, pero en años recientes, leo más no ficción, aunque en otros tiempos leía muchas novelas. En algún momento de mis años universitarios, aprendí a escribir cuentos.  Escribir se me da con cierta facilidad, especialmente si es no ficción. Lo que me da trabajo es escoger el tema para escribir, sea en el blog o en un libro.

A Mami le sucedía algo similar en la cocina. Ella cocinaba delicioso, pero no disfrutaba cocinar. Con el tiempo, se dio cuenta de que era buena en la cocina y se le hacía fácil, pero no le gustaba tener que pensar en el menú. Si yo le decía cuál era mi antojo, ella lo preparaba en un momento o si ella despertaba con deseos de comer asopao, esa era la cena y no había tropiezos en su día.

Ahora, cada vez que tengo que escribir y no encuentro el tema, me percato de que es la misma experiencia que Mami tenía en la cocina —que, sin ella saberlo, era su talento— al igual que escribir es mi talento, mi arte y mi destreza. Pero yo tampoco lo sabía. No fue hasta años después, con las observaciones que me hacían personas cercanas, que me di cuenta de que escribir es mi talento.

Tengo la habilidad de simplificar ideas complejas y explicarlas en un artículo de 300 palabras. Tengo la habilidad de procesar información en mi mente de manera que mis clientes la entiendan fácilmente. Desde luego, he escrito toda mi vida, desde mis años escolares hasta mis estudios universitarios, como parte de mi trabajo cuando fui secretaria, luego como profesora y ahora en mi labor como editora. Por lo tanto, han sido muchos años de practicar, de aplicar lo aprendido, mejorar y, sobre todo, de ser constante con mis escritos.

Para cultivar mi talento, escribo todos los días con diferentes propósitos. Aunque de vez en cuando se me pasa un día sin escribir, ya tengo el hábito muy arraigado pues he convertido el tiempo de escribir en mi manera de procesar la vida, meditar y practicar mi arte, como cualquier atleta practica su deporte.

A escribir se aprende escribiendo

  • Si te interesa mejorar tus destrezas de redacción, comienza por:
  • Crear el hábito de escribir todos los días. Mucho o poco. Sobre cualquier tema.
  •  Consultar el diccionario para aclarar dudas ortográficas o para buscar inspiración en una definición o una lista de sinónimos.
  •  Tomar nota de ideas que puedas integrar a tus escritos.
  • Repasar escritos anteriores e identificar maneras de mejorarlos: aclarar ideas, añadir detalles, integrar transiciones para ir de un tema a otro y escoger el vocabulario apropiado.
  • Integrar la lectura a tu vida pues te ayuda a adquirir vocabulario y mejorar la ortografía.
  • Escribir bien toma tiempo, es un ejercicio pensado y conlleva varias revisiones. Cada vez que escribes, la primera versión es un borrador. Lo ideal es repasarlo días después para pulirlo. Con ese tiempo adicional, se te hará mucho más fácil ver cómo y dónde lo puedes mejorar.


¿Cuál es tu talento? ¿Cómo te diste cuenta de que ese es tu talento y cómo lo cultivas?

Vigimaris Nadal-Ramos es editora y presidenta de Editorial Narra, Inc., traductora, profesora, empresaria, bloguera y doctora en educación. Su misión es ser herramienta para que alcances tu sueño de escribir y publicar un libro. Búscala en editorialnarra.com, http://pr.linkedin.com/in/vigimaris y en Facebook.com/editorialnarra.


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